Javier Hernández ha pasado una temporada muy difícil, tanto en el Manchester donde contó muy poco para el entrenador, como en la selección mexicana, donde fue dejando su puesto y la titularidad en manos de Oribe Peralta.
Por eso, su gol ante Croacia, en el partido decisivo que daba acceso a los octavos de final, que resumía todas sus cualidades: visión, colocación y remate le ha llenado de felicidad. Ese gol le sitúa sólo a 10 tantos de alcanzar al máximo goleador mexicano, el histórico Jared Borgetti, que anotó 46 con el Tri.
'Chicharito' se desplomó tras marcar ese gol definitivo, librándose no sólo de la frustración por lo que él considera un trato injusto por parte de sus detractores, sino también de agradecimiento por los pocos que le han apoyado en tan amargos momentos de su carrera profesional.
"Pensé en la poca gente que todo este año ha confiado en mí a ciegas, pocos saben todo lo que he vivido y pocos confiaron en mí. Esas lágrimas fueron para tratar de conectarme con toda mi gente, mi familia, con todos los que me rodean y también conmigo mismo. Fue una prueba de que yo no quiero perder la confianza y saber que tengo sueños y muchas metas que ojalá los pueda cumplir", dijo el jugador.
El mexicano reiteró en varias ocasiones que él no vive del gol "yo vivo para jugar futbol y disfrutarlo, si se puede colaborar con goles bienvenido, pero si no, se puede colaborar con otras cosas". No se considera resultadista, no juzga su carrera a un solo partido, sino a un trabajo constante, filosofía que coincide con la de la Selección, "no nos vamos a sentir que mañana vamos a levantar la Copa del Mundo ni antes que veníamos a hacer el ridículo", sentenció.
Fuente: Marca
No hay comentarios.:
Publicar un comentario