Carlos Molina tiene este fin de semana un pleito muy significativo en su carrera boxística, pues, además, expondrá por primera ocasión la corona superwelter de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) tras “noquear” problemas con la justicia de Estados Unidos.
El michoacano de 31 años se medirá ante el estadounidense Cornelius Bundrage en la Oasis Arena de Cancún.
“Regreso a pelear ante mi gente. Son muchos los planes que tengo y quiero que la gente me vea, que me conozca, que sepan que tienen un campeón y que va por más retos”, externó Molina.
Su última y única pelea en México fue en diciembre de 2005 en Monterrey, cuando, tras seis asaltos, se decretó un empate ante el sinaloense Julio César Chávez hijo.
Molina no sube al ring desde el 14 de septiembre de 2013, cuando derrotó por decisión dividida a Ishe Smith en Las Vegas, donde en marzo pasado fue arrestado previo a la que iba a ser su primera defensa, ante Jermall Charlo.
Esa ocasión tenía pendiente una orden de arresto por un incidente en Wisconsin, y tras librar eso, fue detenido enseguida por las autoridades migratorias y poco después deportado a México.
El nacional se la ha pasado entrenando en los últimos meses en el DF y espera defender su corona para después buscar una unificación con algún monarca de otro organismo.
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